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Psicologia Positiva

La psicología positiva ha llamado el interés no sólo de la comunidad científica sino también del público en general. Si hacemos una búsqueda en Google para «psicología positiva» hay  419,000+ resultados. Esto es  impactante, aunque hay que ser humildes, ya que busquedas como «gemelas Olsen» o «Britney Spears» dan 6,390,000,000+ y 113,000,000,000 resultados, respectivamente…

Es muy bueno que el mundo se interese por la psicología positiva, y más aún que este interés no implique una curiosidad morbosa, algo como querer ver el deseo de presenciar un accidente de tren. No la psicologia positiva no es así, trata de conocimiento.

Sin embargo, la parte negativa de la popularidad que disfruta la psicología positiva es la tentación para aquellos de nosotros asociados con este nuevo campo de en busca de más popularidad. Así que iremos despacio y explicaremos qué es la psicología positiva en realidad y lo que realmente sabemos.

La psicología positiva es el estudio científico de lo que hace que la vida merezca la pena vivir. Es un reclamo para que la ciencia y la práctica psicológica se preocupen tanto por la fuerza como por la debilidad; tanto por crear lo mejor de la vida como por reparar lo peor; y tanto por hacer que la vida de las personas normales sea gratificante como por curar la patología.

En ninguna parte esta definición dice o implica que la psicología deba obviar o descartar los problemas muy reales que experimentan las personas. En ninguna parte dice o implica que el resto de la psicología necesite ser descartada o reemplazada. El valor de la psicología positiva es complementar y ampliar la psicología centrada en los problemas que ha sido dominante durante muchas décadas.

La psicología positiva se sustenta en varios factores. Primero, lo que es bueno en la vida, es tan verdadero como lo que es malo. Segundo, lo que es bueno en la vida no es sencillamente la ausencia de lo problemático. Todos sabemos la diferencia entre no estar deprimidos y salir de la cama por la mañana con ilusión para el día siguiente. Y tercero, la buena vida necesita su propia explicación.

La psicología positiva es la psicología –la psicología es ciencia– y la ciencia requiere contrastar las teorías con la evidencia. Por consiguiente, la psicología positiva no debe confundirse con la auto-ayuda no comprobada, la afirmación sin pies o la religión secular-no importa lo buenos puedan hacernos sentir. La psicología positiva no es ni una versión reciclada del poder del pensamiento positivo ni una secuela del libro del secreto.

La psicología positiva se alza o cae sobre la ciencia en la que se basa. Hasta ahora, la ciencia es impresionante.

Lo que  la psicología positiva aplicada nos ha enseñado hasta ahora es:

 

  • La mayoría de la personas son felices.
  • La felicidad es una causa de cosas buenas en la vida y no sólo para el paseo feliz. Las personas que están satisfechas con la vida eventualmente tienen más razón para estar satisfechas, porque la felicidad conduce a resultados deseables en la escuela y el trabajo, a relaciones sociales satisfactorias, e incluso a una buena salud y larga vida.
  • La mayor parte de la gente es resistente.
  • La felicidad, los puntos fuertes del carácter y las buenas relaciones sociales son amortiguadores contra los efectos negativos de las decepciones y contratiempos.
  • La crisis revela carácter.
  • Otras personas importan enormemente si queremos entender lo que hace que valga la pena vivir.
  • La religión importa. O más bien, la espiritualidad.
  • Y el trabajo es importante también si involucra al trabajador y le da sentido y propósito.
  • El dinero hace una contribución cada vez menor al bienestar, pero el dinero puede comprar felicidad si se usa sobre todo en otras personas.
  • El «corazón» vale más que la cabeza. Las escuelas enseñan explícitamente el pensamiento crítico; también deben enseñar el cuidado incondicional. El tratarnos de manera eficiente y positiva.
  • Los buenos días tienen características comunes: sentirse indepentiente, competente, valorado y conectado con los demás.
  • La buena vida se puede aprender.

Este último punto es especialmente importante porque significa que la felicidad no es sólo el resultado de un afortunado giro de la ruleta genética. Hay cosas que la gente puede hacer para llevar una vida mejor, aunque me apresuro a decir que todos requieren que vivamos (comportarnos) de manera diferente… de forma permanente. La buena vida es trabajo duro, y no hay atajos para la felicidad duradera.